Muro Trombe: Arquitectura solar pasiva y eficiente




Es una técnica arquitectónica tradicional, cuya principal ventaja es que reduce el consumo energético, a la vez que mejora el confort interior.
El Muro Trombe es un sistema de captación solar pasivo que no tiene partes móviles y que no necesita casi ningún mantenimiento. Esta alternativa propone potenciar la energía solar que recibe un muro y así convertirlo en un sencillo sistema de calefacción.




Su componente principal es un muro orientado hacia la posición del sol más favorable a lo largo del día (orientado al norte en el hemisferio sur y sur en el hemisferio norte) construido con materiales que le permitan absorber el calor como masa térmica, como el hormigón, la piedra o el adobe.
Este sistema se basa en la captación solar directa y la circulación de aire que se produce por la diferencia de temperaturas. Gestionado adecuadamente, entrega calor durante los meses fríos y permite una mejor refrigeración en los meses cálidos a través de una ventilación cruzada.
El sistema se compone de las siguientes partes:

1. Un muro negro u opaco.
2. Una lámina de vidrio lo más espesa posible; mejor si es triple o doble con una cámara de aire interior.
3. Un alero superior que proteja el espacio interior para que no caiga ningún cuerpo extraño entre el muro interior y la lámina de vidrio.
4. Cuatro orificios con sus respectivas válvulas; dos superiores (interior y exterior) y dos inferiores (interior y exterior).




El muro trombe durante el invierno

En invierno, el objetivo del muro trombe es calentar la vivienda aprovechando el calor de la radiación solar a través de las paredes opacas, del mismo modo que se aprovecha a través de los cristales de las ventanas.



De este modo, los rayos del sol inciden sobre el vidrio del muro, calentando el aire que hay en la cámara. Con todo ello, la fachada va acumulando calor, transmitiéndole finalmente al interior de la vivienda a través de las rejillas practicables que conectan la cámara y el interior de la casa, y que estarán abiertas, permitiendo que el aire caliente pueda entrar. Para ello, las aberturas del vidrio al exterior deben estar cerradas.




Por otro lado, cuando el sol deja de incidir en el muro, este empieza a soltar calor, ya que estará más caliente que el ambiente, por lo que seguirá calentando el interior de la casa también durante la noche.
 

El muro trombe durante el verano

En los meses de verano el objetivo es mantener el interior freso, por lo que no nos interesa que el aire caliente se acumule y, para ello, tendremos las otras rejillas. Si abrimos las aberturas superiores e inferiores del cristal, creamos corriente en la cámara y el aire caliente saldrá, pasando a estar fresco. Para ello, las rejillas que conectan con el hueco con el interior tendrán que estar cerradas. Es decir, al contrario que durante el verano.


En resumen, el muro trombe consiste, principalmente, en dos capas y una corriente de aire que circula en el hueco o cámara que se crea entre ellas, y rejillas interiores y exteriores para conducirlo.





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